Hace unos meses nos enteramos que
el rey tenía una amante rubia llamada Corinna, y ahora, de la noche a la
mañana, y sin quererlo ni beberlo, nos han clavado un programa en prime time titulado “un príncipe para Corina”. En serio, ¿a nadie le parece extraño?
¿Qué ha pasado aquí? ¿Casualidad?
¿Está de moda el nombre? ¿Hay un boom de Corinas y no nos habíamos enterado? ¿O
quizás es una cortina de humo brutal para que no se hable de la otra Corinna?
Yo me inclino más por esto último.
Puede que suene algo rebuscado, pero
si te fijas, tiene su lógica. La otra Corinna (la de las dos enes) fue un personaje
muy incómodo para la Casa Real, una mosca cojonera. La amante del rey, nada
menos. Todos sabíamos que el rey era muy campechano y que le iba la marcha, incluso
conocíamos el nombre de sus antiguas amantes (Bárbara Rey, Sara Montiel o Raffaella
Carrá). Pero ninguna de ellas había supuesto un escándalo tan grande como Corinna,
la de los chanchullos con Urdangarín, la que viene a España para hacerse un lifting y operarse el
pecho de gorra. Estas informaciones causaron bastante
revuelo en los medios (no es para menos) y arruinaron la imagen de la Monarquía
en un tiempo récord.
Los que dicen que “estas cosas
con Franco no pasaban” tienen razón. En la dictadura, ante un suceso similar,
se secuestraban los periódicos que hiciesen falta, un par de tiros al aire y
problema resuelto. Ahora, en la era de Internet ¿cuál es la solución? ¿Cómo hacemos
para intentar lavar la imagen de la Monarquía? Aborregando al personal. No es
tan complicado. Si lo que quieres es que la gente se olvide de un personaje
público, no intentes silenciarlo, simplemente crea uno mejor con el mismo
nombre. Y sobre todo, crea uno que sea más mediático. Uno del que hablen
todas las generaciones, especialmente las más jóvenes. Crea un programa lleno de petardos y de frikis que no deje indiferente
a nadie, con lo último en telebasura. Que deje huella de verdad. En realidad sabían
bien cómo hacerlo, y lo han hecho. El fenómeno Corina ha revolucionado las
redes sociales. La prueba es que si tecleas “Corina” en Google, en los resultados aparece quien aparece: la joven.
Pero hay más cosas que me hacen sospechar. Las últimas noticias apuntan a que el programa es un fraude. Que los participantes son actores, que algunos han salido incluso en series de TV como ‘Cuéntame’ y ‘La que se avecina’. Todo suena a precipitación, a chapuza, a guión escrito de antemano. En fin, puede que sea un paranoico y que adore la teoría de la conspiración. Puede que todo haya sido una estrategia de Mediaset para aprovechar el filón mediático de la otra Corinna. Es posible. Sea como sea, la cuestión es: dentro de unos meses, ¿de quién nos acordaremos cuando oigamos el nombre de Corina? ¿De la "amiga entrañable" del rey? ¿O del programa petardo?
Pero hay más cosas que me hacen sospechar. Las últimas noticias apuntan a que el programa es un fraude. Que los participantes son actores, que algunos han salido incluso en series de TV como ‘Cuéntame’ y ‘La que se avecina’. Todo suena a precipitación, a chapuza, a guión escrito de antemano. En fin, puede que sea un paranoico y que adore la teoría de la conspiración. Puede que todo haya sido una estrategia de Mediaset para aprovechar el filón mediático de la otra Corinna. Es posible. Sea como sea, la cuestión es: dentro de unos meses, ¿de quién nos acordaremos cuando oigamos el nombre de Corina? ¿De la "amiga entrañable" del rey? ¿O del programa petardo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario