El otro día fui a la estación para coger
un tren. Mientras esperaba en el andén, me llamó la atención una rubia que se
apeó de un Euromed. La chica caminaba decidida arrastrando su maleta roja.
Vestía una blusa glamurosa, unos vaqueros muy ceñidos, unos zapatos de tacón de
aguja y unas enormes gafas de sol que le cubrían el rostro. Lo primero
que pensé es que se trataba de alguna famosa, actriz, cantante, presentadora o
modelo. Una Anna Simón cualquiera. Parecía que fueran a aparecer los paparazzis
de ‘Sálvame’ en cualquier momento. Pero lo que más me sorprendió fue el ruido
exagerado de sus tacones, que retumbaban por todo el interior de la estación,
provocando un eco metálico. Este detalle me hizo reflexionar, y me sobrevino
una duda existencial: ¿para qué sirven realmente los tacones? Sí amigos, hasta
los detalles más livianos merecen reflexiones profundas.
Cuando llegué a casa investigué un poco
por internet. Según Desmond Morris, autor de El mono desnudo, las
mujeres con las piernas más largas simbolizan la madurez sexual, por lo que
unos tacones largos (que provocan el efecto de unas piernas más largas) vienen a describir a
una mujer sexualmente disponible. La teoría es interesante y tiene su lógica, aunque dudo que
Desmond Morris se calzara tacones alguna vez. Mi novia me ha confesado que los
tacones altos son una tortura china, algo insoportable. Ella no suele llevar
tacones salvo en bodas y por compromiso (chica lista) por tanto no me puede
ayudar mucho en mis investigaciones, así que le pregunto a una amiga que se calza tacones casi a
diario.
—Las mujeres nos ponemos tacones para
realzar nuestra belleza –me responde.
—¿Para realzarla? Quieres decir para
parecer más alta ¿no?
Pero no. Ahora resulta que la altura no
tiene nada que ver.
—Bueno, es verdad que si una chica es
bajita llevar tacones ayuda, pero no creo que esa sea la razón principal. Los
tacones dan un aire más femenino y sexy.
Por lo visto, eso de que la mujer se
calza tacones para parecer más alta es un eufemismo. La respuesta de mi amiga me
dejó un tanto intrigado: “femenino”, “sexy”, son palabras que no me aclaran
nada. Esa misma noche, le expongo el tema a mi amigo Rafa, un gran
librepensador, y entre caña y caña, me explica su curiosa teoría:
—No te creas nada. Se los ponen para
pisar fuerte. Para que suenen bien, y cuanto más mejor.
—¿Tú crees?
—Sí. En realidad tiene mucho que ver con
la teoría evolutiva: es una manera de reafirmarse ante el mundo, una forma muy
sonora de destacar entre la multitud que la rodea, lanzando al vuelo un mensaje
subliminal: “miradme, machos alfa, aquí estoy”.
—Ya. Digamos que para ti los tacones
sirven para que una mujer se desmarque del rebaño. Para que todos los hombres
se fijen en ella.
—Exacto –contesta tajante.
—¿Y qué pasa si se fijan en ella pero
luego no les resulta atractiva? Quiero decir, los tacones pueden llamar mucho la atención,
pero no hacen milagros. Hablando claro: ¿también usan tacones las feas?
—Por supuesto. Si una chica no es muy
agraciada, razón de más para usarlos, porque sus tacones causarán respeto y
admiración, y también placer a algún que otro depravadillo. De todas formas,
dudo que la chica que viste en la estación fuera fea. ¿Me equivoco?
—No. Al contrario. Parecía muy guapa.
—Claro, es que esa tía está buena y lo
sabe —dice Rafa, bebiendo de su caña— esas son las peores.
Me hace reflexionar de nuevo. Hay algo en su argumentación que no me cuadra.
—Pero entonces, si es tan guapa y lo sabe ¿qué
necesidad tiene de ponerse tacones y mandar ese mensaje subliminal de “miradme,
machos alfa, aquí estoy”?
Rafa enmudece y mira fijamente al techo,
pensativo. Luego suelta una carcajada.
—Es que el caso de esa muchacha no era un “miradme, machos alfa”, era más bien un “miradme perdedores, machacárosla con mi recuerdo porque no estoy a vuestro alcance”.
—Es que el caso de esa muchacha no era un “miradme, machos alfa”, era más bien un “miradme perdedores, machacárosla con mi recuerdo porque no estoy a vuestro alcance”.
La tortura de llevar tacones sólo se puede comparar a la de llevar bailarinas... esas suelas de papel que amplifican todas las irregularidades del suelo (especialmente las punzantes) sobre tus sufridas plantas...
ResponderEliminarEstimada Anónima, gracias por tu aportación. Aunque nunca he tenido el placer de calzarme tacones ni bailarinas, supongo que ambas son caras opuestas de la misma moneda. ¡Saludos!
ResponderEliminarUn desafío, una prueba
ResponderEliminarAqui les dejo un link donde pueden ver un ejemplo
ResponderEliminarhttp://adf.ly/j3uBC
Yo creo que los tacones dan un status, dentro de la piramide de las necesidades, creo que usar tacones entra en el nivel de autoestima, aceptación y de status social, es parte de un conjunto de cosas, habitos y palabras que encuadran para cubrir estas necesidades. Asi como el hecho de usar marcas. Usar tacones tambien es cuestion de estilo, de elegancia, de vanidad, pese a que afecta la salud, la columna, los pies, las mujeres los usan porque es mas importante verse bien que estar comodas. Una canción lo describe cuando dice: "Antes muertas que sencillas"
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